¿Cuál fue la presencia guerrillera en Las Merindades? (I parte)

Nos tememos que sí hubo y colgamos este primer artículo introductorio sobre la guerrilla, como acicate: para crear interés en el tema y os invitamos a que aportéis los datos que tengáis (merinmemo@gmail.com).  También porque en algún lugar se celebra, el  1º domingo de octubre: Día del Guerrillero Español

Desconocemos muchas de las personas que se embarcaron en esta lucha,   tampoco si Las Merindades fueron una zona importante, aunque si es evidente que se acercaron, se refugiaron, traspasaron y caminaron por nuestros montes. De hecho,  los montes de Somo era el camino natural del maquis en su enlace con Francia.  La orografía se prestaba a ello (la tradición guerrillera es notable en este territorio, desde la época de las guerras cántabras, la Guerra de la Independencia, o las Carlistadas).

¿Huidos, escapados, fugados, emboscados, los del monte, los de la sierra, combatientes de la libertad, bandoleros, maquis o guerrilleros? Los franquistas utilizaron el término bandolero y malhechor para designar a los que se refugiaron en los montes, con el objetivo de ponerse a salvo de la represión. Al principio buscaban la mera supervivencia, más adelante, en paralelo a la Guerra Mundial, se dotaron de un componente político.

En la Europa ocupada por  Alemania surgieron grupos de resistencia que trataron de hostigar a los invasores. Los exiliados españoles tuvieron un papel destacado en las filas de la resistencia. En la zona ocupada por Vichy estos grupos se escondían en el «maquis», nombre de origen corso, que recibe el bosque mediterráneo en Francia. La palabra «Maqui» tiene sus orígenes en el término «Maquissard» («el que se mueve por el monte bajo»).

En la guerrilla de oposición al franquismo existen momentos diferenciados. El primer periodo de huidos desde la finalización del frente norte  hasta 1942, huyendo de la represión se echaron al monte. Carecían de organización,  no había proyecto político y se limitaban a sobrevivir.  Por la rapidez inesperada del avance rebelde y el caos se apoderó de los vencidos fue inevitable que quedaran fuerzas dispersas y  su único recurso fue refugiarse en los montes. Familiares, amigos y pastores les facilitaban la información de las fuerzas represoras y les proporcionaban los materiales para sobrevivir.

Una segunda fase, la de la guerrilla propiamente dicha. Por un lado los huidos comenzaron a organizarse por su cuenta, una fase en sintonía con el desarrollo de la guerra mundial, se fueron dotando de una estructura y organización militar, de la que antes carecían. Otro grupo lo constituían los que habían luchado contra los alemanes en Francia, que intentaban trasplantar la experiencia a España. Entre 1944 y 1950 intervinieron en varias zonas, y su acción más espectacular fue la ocupación del valle de Arán, relatada en el libro Inés y la Alegría de Almudena Grandes. Se extendería hasta finales de 1946.

Un tercer periodo, tras el final de la II Guerra Mundial de agonía del movimiento guerrillero, hasta mediados de 1955, cuando abandonan los últimos guerrilleros. El inicio de  la guerra fría dio al traste con la esperanza de intervención. Muchos salieron al extranjero en cuanto pudieron aunque en principio el PCE decidió continuar con las agrupaciones guerrilleras. En 1948 el PCE renunció a la lucha armada y decidió dar por terminada la aventura guerrillera. Tan solo permanecieron algunos grupos descolgados.

Franco se aplicó contra la guerrilla: la represión armada y social (Guardia Civil y Ejército) (Falange, Somatenes y la Iglesia), el silencio (ni dentro ni fuera se reconoce la existencia) y, por último, la autoridad se esfuerza en identificar a los guerrilleros como delincuentes comunes, (bandoleros y malhechores). Aunque durante sus años de existencia, la guerrilla no puso en peligro la estabilidad del régimen, sí supuso un problema político y de orden público para cuya solución el franquismo desplegó gran número de unidades de la Guardia Civil. El instituto armado llevó el peso de la lucha contra la guerrilla, utilizando sobre todo tres tácticas: la batida del territorio, la contrapartida y la represión de las redes de enlaces.

En 1947  vuelve la crueldad absoluta con la persecución de la guerrilla. La situación internacional es positiva para Franco. Bajo el amparo del decreto-ley sobre bandidaje y terrorismo, se declara la guerra a muerte con el enemigo de la montaña. No solo se aniquiló a la guerrilla sino que profundizó el terror a la población civil. Con la ley de fugas en 1948 se fusilaba sin formación de causa en cunetas, y se dejaban los cadáveres para escarmiento. La presunción de inocencia se substituye por el apaleamiento, el hostigamiento a los núcleos de población cercanos a  la  guerrilla. A su vez, son efectuadas detenciones masivas en los pueblos. Las Contrapartidas vienen a asestar el golpe de muerte a la red de apoyo guerrillero. Guardias civiles y somatenistas disfrazados aparecían por caminos anunciándose como guerrilleros. En ocasiones, eran acompañados por algún enlace o guerrillero detenido para identificar a los que colaboran con la resistencia.

DE CAMPESINOS A SOLDADOS, DE SOLDADOS A GUERRILLEROS.

La mayor parte de los ciudadanos se encontraron en un camino sin salida, salieron a defender las libertades, con la caída del Frente Norte supuso la imposibilidad para muchos republicanos de alcanzar las filas gubernamentales hacía que las personas significadas política y militarmente que no pudieron escapar por mar, no tuvieran más opción que resistir: «Al acabar la guerra muchos huyeron a las sierras y montañas para que no los matasen; conservaban parte de sus objetivos políticos iníciales, básicamente pretendían sobrevivir, esperando que se presentase el momento propicio para ponerse a salvo de la represión.

Posteriormente gente que trató de rehacer su vida, pero por la represión decidieron «echarse al monte», la alternativa era la tortura, Eran huidos a consecuencia de la represión.  Este es el caso de Juanín (Ángel Juan Fernández Ayala). Tras el alzamiento  formó  parte de las milicias. En el mes de agosto de 1937 se unió al frente asturiano. Juanín regresó a La Vega entregándose, fue trasladado a Santander siendo condenado a muerte, la pena es conmutada por una pena de prisión. Tras quedar libre en 1943 regresó a Potes, en libertad vigilada tiene que personarse en el cuartel de la Guardia Civil semanalmente, aquellas visitas acababan en torturas.  Cansado de palizas, se une a la «Brigada Machado», Dieciséis años duraría su huida, que culminó al ser muerto por la guardia civil en la Liébana.

Durante la primera etapa los maquis mantuvieron cercanía con habitantes de algunas localidades, gozando del apoyo de sectores de la población, que veían en los «huidos» unos «rebeldes utópicos» en lucha contra el régimen totalitario. La represión sobre esta población y sus familiares causó estragos

ALGUNOS DATOS DE LAS MERINDADES

Las  condiciones geográficas del norte de las Merindades y su fácil comunicación montañera con las comunidades asturiana y montañesa nos empujan a unirlas en la historia de sus guerrillas, pues el paso de las mismas era fluido de uno a otro lado y sobre todo camino obligado para alcanzar la frontera con Francia, lugar de entrada y salida de la mayoría de ellos. Con esta orografía, que compartían estas comarcas norteñas, es  fácil entender que en ella buscaran refugio los que tuvieron que huir.

Hemos recogido a dos ciudadanos que al parecer actuaron en la guerrilla en las listas  que  hemos ido publicando:

Federico Peña Martínez: natural y vecino de Montejo de Bricia, nacido hacia 1917, soltero, hijo de Pedro Peña y Andrea Martínez. Guerrillero de la “Brigada Cristino” o partida del “Gitano”, que actuó en la comarca de Campoo y alrededores en la segunda mitad de los años 40, hasta la marcha de su líder Martín Santos Marcos a Francia en el otoño de 1949. Tras la desarticulación de la brigada en otoño de 1949, Federico Peña se quedó en la zona junto con otro guerrillero, Dionisio Béjar Vázquez, pasaron el invierno 40-50 en las estribaciones de Castro Valnera. Ambos fueron muertos por la Guardia Civil en Vega de Pas el 2 de junio de 1950. Tenía 33 años.

Eulogio Rodríguez Serrano, (el sordo): de 39 años,  nacido en Arija el 2 de julio de 1908, hijo de Timoteo Rodríguez González y Gumersinda Serrano García., vecino de Barriopalacio (Valdeolea, Cantabria), soltero, jornalero. Intervino en Octubre de 1934. Al estallar la guerra estuvo en las milicias, gue apresado y en concenado en consejo de Guerra el de 30-10-1939. Salió de la cárcel a mediados de los 40, pero al poco se echó al monte tras la detención de una célula comunista en la fábrica ALFA de Mataporquera, guerrillero de la “Brigada Cristino” que actuó en la comarca cántabra de Campoo entre 1946 y 1949, murió violentamente hacia 1949.

Por otro lado conocemos ALGUNAS ACTIVIDADES:

VERANO 1940.-La evacuación del Pas. A principios del verano de 1940 ante el elevado número de emboscados existentes en la comarca, el Gobierno Civil puso en marcha un “plan sistemático de acción”. En él se especificaban tres “puntos de vista” que debían ser tenidos en cuenta: lo accidentado y cubierto del terreno, que además los huidos conocían perfectamente; las pocas fuerzas disponibles para desarrollar la operación, 100 Guardias Civiles y unos 60 miembros de la Policía Armada, “aparte del Ejército”; y la psicología de la población: el hermetismo de  los pasiegos.
Ante la imposibilidad por reducirlos, se decide la evacuación de las cabeceras de esos valles montañeses, lugar donde los guerrilleros son invencibles, y pueden contar ayuda. Desde junio de 1940 hasta febrero de 1941 cientos de pasiegos se ven obligados a abandonar sus cabañas en los altos (no olvidemos que se trata de una zona donde se hacía la forma de trashumancia de la zona: “la «muda») y bajar al valle, donde pueden ser controlados, concentrándolos en la “plaza” de los pueblos… Una comarca de economía ganadera trajo graves consecuencias. “La evacuación” tuvo un efecto devastador en la forma de vida de las gentes. Concentrados en los pueblos, en algunos casos sólo podían ir a «hacer la hierba» acompañados por la Guardia Civil. Sin embargo, esto no facilitó la labor de las fuerzas de seguridad. De hecho, las capturas y ejecuciones de resistentes se debieron a delaciones y chivatazos, no a la labor directa de la Guardia Civil.

JULIO 41.- En la madrugada del 1 de julio de 1941, diez guerrilleros de la “Guerrilla Azaña”, tomaron los pueblos burgaleses de Pedrosa y Santelices (Merindad de Valdeporres). Encerraron a todos sus vecinos y durante horas ambas localidades estuvieron bajo su poder. Unas horas más tarde (2 de julio) una partida de agentes recibió el chivatazo de una pastora, quien delató a los guerrilleros, escondidos cerca de Ahedo de las Pueblas (Valdeporres). Cinco de sus miembros, entre los que se encontraba el líder Juan Gil del Amo, fueron abatidos. Otros cuatro detenidos que fueron fusilados en Burgos unos días más tarde el 8 de julio. El décimo consiguió huir. Ese verano de  1941 el ayuntamiento de Villarcayo felicita al mando teniente del puesto de la Guardia Civil de Medina: Félix Arce que ha llevado a cabo la captura y desaparición de la «Banda de Bandoleros» que merodeaban la comarca a mano armada, cometiendo atracos y perturbando la tranquilidad y sosiego de los pueblos.

JULIO 43.-La «Guerrilla Azaña» todavía activa, asestó algunos golpes en 1943 en pueblos burgaleses como Sargentes de la Lora, Cilleruelo, Espinosa y Quintanas de Valdelucio. De este pueblo recoge Jesús Gutiérrez el testimonio de uno de los vecinos: «Era el 18 de julio de 1943. Llegaron a las 8 de la tarde. Estábamos en la cantina siete y terminamos siendo treinta y tres. Metieron a todos los vecinos en el bar. Cargaron con tabaco, jamón y medias de señora. Dos horas estuvieron…».

MARZO 46.- El 3 de  marzo de 1946 en la estación de Soncillo (Valdebezana) o en Quintanaentello fue escenario de otro episodio. Un camión de 48 “maquis” de la “Brigada Pasionaria” llegados de Francia para reforzar la guerrilla de los Picos de Europa, se quedaron sin gasolina en ese lugar, lo que hizo que se dispersaran en grupos por la Sierra del Escudo, siendo diezmados por las fuerzas represivas en los días siguientes. En el enfrentamiento con la Guardia Civil resultaron muertos 8 maquis, 27 prisioneros (5 fusilados posteriormente). Escaparon 13, de los cuales 4 son interceptados y muertos en Lebeña y dos más en Picos. En esa operación se intervinieron 160 cargas explosivas, 20 granadas de mano y 30 metralletas.

ABRIL 48.-En  20-04-48 en acción de la guerrilla en el puerto de Carrales (Valdebezana) es muerto a los 21 años Juan Villahoz Hera Revilla natural de Traspeña (Palencia) Sabemos por testimonios orales que el monte de Bezana (¿monte Carrales?) fue batido varias veces por las fuerzas represivas en busca de “emboscados”.

1948.-La “Brigada Cristino” que tuvo uno de sus mejores refugios en el monte Hijedo, y estuvo en la zona hasta 1949.

JUNIO 50.-Federico Peña, vecino de Montejo de Bricia, guerrillero de la “Brigada Cristino”   fue muerto en Vega de Pas en 1950.

MÁS INFORMACION

Casi todo lo escrito en estas líneas se lo debemos a los historiadores cántabros Fernando Obregón y Jesús Gutiérrez.

OTRAS INFORMACIONES

Acerca de Las Merindades en la memoria.

Una invitación a participar en una INVESTIGACION ABIERTA Y PARTICIPATIVA. Y simultaneamente un espacio de homenaje a las victimas. Haz algo. Contactanos merinmemo@gmail.com
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