Batalla del Alto del Caballo y Mirador de Espinosa enero de 1937

El día de año nuevo de 1937, hace 80 años,  las tropas leales conquistaron la posición de La Hervosa (El Mirador). Una elevada cota que domina Espinosa de los Monteros desde el noroeste. Esta pequeña batalla  fue uno de los escasos cambios en el frente de Las Merindades .

El mirador, La Herbosa, y al otro lado el Caballo las tres posiciones conquistadas en aquel ataque se mantuvieron durante toda la guerra en manos de las tropas gubernamentales, a pesar de los asaltos de los rebeldes , ello suponía el control de este sector del frente, impidiendo cualquier sorpresa.

Para esta entrada hemos utilizado fundamentalmente los textos de Fernando Obregón en su libro República, Guerra Civil y Posguerra en Espinosa de los Monteros, y las Merindades de Montija, Sotoscueva y Valdeporres– Aunque hay muchos detalles por completar, os agradecemos las aportaciones como comentario o a merinmemo@gmail.com

Posteriormente en una entrada hemos recogido la «otra» versión del asalto: https://lasmerindadesenlamemoria.wordpress.com/2021/01/06/batalla-del-alto-del-caballo-ii/

En el plano militar poco más ocurre excepto este ataque sobre Espinosa a principios de enero ,  en el que se tomó el Mirador (La Herbosa). En el político el avance es importante, en Santander se va reorganizando la República y el 8 de febrero se crea el Consejo Interprovincial de Santander, Palencia y Burgos sustituye a la Junta de Defensa de Santander. Fue un órgano de gobierno constituido y cuyo ámbito de actuación comprendía Cantabria, así como los territorios libres de Palencia y Burgos bajo control republicano.

Tras las desastrosas ofensivas de diciembre de 1936, la actividad bélica descendió en todo el Norte, también por el invierno. Aunque ese invierno fue “benigno”, las nevadas eran importantes, estaba todo nevado y  el frente se hallaba por los 900 metros.   La operación se había intentado con anterioridad,  el 8 de noviembre de 1936 se produjo un nuevo ataque de las tropas republicanas montañesas sobre Espinosa y en esos combates murieron 5 hombres, defensores del Alto de la Herbosa.

El  ataque  tuvo lugar en la Nochevieja de 1936, cuando las tropas republicanas conquistaron la estratégica posición de La Herbosa (El Mirador). A los dos días las fuerzas nacionales intentaron infructuosamente recuperar aquella posición perdida, la cual permanecería en lo sucesivo en manos republicanas hasta la retirada de agosto de 1937.

Uno de los derechistas cántabros que combatían en la Centuria Montañesa de Falange, Jesús Fernández, relató así estos enfrentamientos en sus memorias sobre el Valle de Soba: “Es hora de destacar las acciones que intervino la Centuria Montañesa, en el sector de Espinosa, cual fue la reconquista de la posición del Pico de la Herbosa, acción del día dos de Enero de 1937 cuya posición había perdido otra unidad en golpe de mano del enemigo el día de Nochevieja, atacando desde las cabañas de Mingo Pájaro y Bárcenas de Espinosa. En tal acción mal preparada y peor conducida, la Centuria tuvo muchas bajas de muertos y heridos. Entre aquellos el propio jefe de la Unidad, Víctor Vander Eyden, que si bien era de nacionalidad belga, fue un valiente falangista de Barreda, en donde vivía, y resultando herido de gravedad los sobanos Avelino García Gutiérrez y el propio Subjefe, Pepe Ezquerra Gutiérrez. Para reponer bajas y reorganizarse, la Centuria fue trasladada a Villacayo, hasta el mes de Febrero en que se incorporó a la columna del Coronel Sagardía”

Cecilio San Emeterio Latorre estaba al mando de la Operación republicana. Luchador socialista. Presidente del sindicato de chóferes. Estaba casado con Amparo Eguía Fernández, (Santander 1905) Miembro de la UGT y afiliada al PSOE en España. Finalizada la guerra civil se exilió en Bélgica donde perteneció a las Secciones de la UGT y del PSOE de Bruxelles. A Ceilio San Emeterio, preso en Octubre, le dieron un fusil y le hicieron sargento. Hoy Cecilio es comandante. Con un puñado de  hombres mal armados, mal vestidos u organizados de manera instintiva. Venían de Santander. Voluntarios en las Machorras y Estacas de Trueba.En los inicios estuvo en la Columna Villarias en el valle de Mena . Despues al mando del batallón 120 estuvo en Las Machorras, desde donde realizaron el asalto que relatamos. Finalmente formando parte de la división de choque de Antonio Sanjuán Cañete,  San Emeterio mandaba la 14 Brigada Mixta se organizó el 14 de abril de 1937 como brigada de choque, a su mando del mayor de milicias.   Con la reestructuración llevada a cabo en el Ejército del Norte el día 6 de agosto de 1937, la 11ª Brigada cántabra fue renombrada como 176ª Brigada Mixta, continuando al mando del Mayor Cecilio San Emeterio de la Torre y con su comandancia establecida en la localidad de Potes.  Allí permaneció hasta mediados del mes de agosto, Se suicidó en el Mar Cantábrico ¿La Coruña? el 23-10-1937, depues de haber sido apresado en Gijón.

El mismo 2 de enero de 1937 la Centuria Catalana que defendía la posición del Caballo, cumbre de más de 1.400 metros de altitud situada también en el frente de Espinosa, sufrió igualmente muchas bajas.

El 4 de enero continuaron los enfrentamientos, esta vez con participación de las tropas del Regimiento San Marcial de Burgos y de las milicias falangistas burgalesas, recibiendo también el refuerzo de regulares marroquíes. Por lo visto estos fueron enviados al asalto de las posiciones republicanas en la zona del Mirador, cota que domina Espinosa y desde la que los milicianos hacían fuego sobre el casco urbano de la villa, alcanzando a la torre de su iglesia de Santa Cecilia, en la que todavía se reconocen algunos impactos.

Según nos cuenta Obregón en el libro de defunciones del Registro Civil de Espinosa de los Monteros, el 4 de enero de 1937 murieron en la posición de La Herbosa (El Mirador) 2 alféreces y 3 soldados del Regimiento San Marcial, 4 miembros de las milicias de Falange de Burgos y 1 “moro”, así como otro soldado del Regimiento 11º de Artillería en la posición de La Riva, y otro soldado en Quintana de los Prados En total un mínimo de 12 muertos en las filas nacionales, aunque por testimonios orales sabemos que también cayeron otros muchos marroquíes, que tal vez no fueron inscritos en el Registro Civil de Espinosa por haber sido enterrados en las posiciones republicanas. En cuanto a las filas republicanas, por los datos obtenidos en diversos registros civiles de Cantabria conocemos la identidad de al menos 7 milicianos del Batallón 120 que cayeron en esos combates de enero en el frente de Espinosa.

Las fuentes republicanas hablaban de medio millar de muertos dejaron en el campo., señalaban que los hombres del batallón 120 durante “6 horas no tuvieron otra tarea que la de matar” y así se produjeron dos victorias, la del sabado 2 de diciembre y la del lunes 4 de diciembre. La  operación era muy importante para un posible avance por Castilla, y para evitar el avance fascista ya que dejaba en cualquier ataque  el frente en Espinosa con el enemigo a sus pies, de hecho se situaba a un tiro de fusil desde el Mirador a Espinosa.  En Santander fue muy celebrada esta victoria. Los fascistas planearon un contraataque, no podían resignarse a perderlo pero les resultó  imposible recuperar la posición.

Debido a la enorme proximidad a esta villa, sus habitantes seguían los combates con atención y miedo, como nos relató uno de ellos estuvieron bombardeando todo el tiempo, los cañones estaban en Noceco, en La Redonda que le llamaban, encima de Noceco está, en Espinosa un día bombardeo la aviación por equivocación, era de los nacionales y pensaba que Espinosa lo tenían los rojos, alguno ya murió” Este testimonio se refiere al bombardeo de fuego amigo del casco urbano de Espinosa por la propia aviación de los nacionales el 6 de enero de 1937, “día de Reyes”, un típico caso de “fuego amigo” que sería muy recordado en la villa. La aviación franquista llegó con intención de bombardear a las fuerzas republicanas en sus posiciones inmediatas a Espinosa, y por lo visto en la plaza de la villa un conocido derechista local comentó: “¡Ya les van a dar la merienda a los rojillos!”. Sin embargo alguno de los aviadores se equivocó y dejó caer las bombas en pleno centro de Espinosa, causando una masacre entre los desprevenidos espinosiegos “El día de Reyes de 1937 avisaron que venían aviones “Junkers” alemanes a bombardear Bárcenas, que estaban los rojos allí, la manera de no confundirse era poner una sábana blanca en la torre de la iglesia (de Espinosa), porque los pilotos no conocían el terreno. Estaban el capitán Suárez, de Falange, y el capitán Haartman  (un aventurero anticomunista finlandés que fue capitán instructor de la Centuria Catalana de Falange), no pusieron la sábana y, consecuencia: las bombas cayeron en Espinosa y murieron como 18 o 20 personas, en donde el bar “Mena”, en la plaza, muchos muertos… La abuela de un primo mío, que era sorda, no se enteró, le caían las bombas cuando iba por la calle. Y en la plaza el capitán Haartman le pegó una hostia al capitán Suárez sin miramiento ninguno, por no haber puesto la sábana…”.

Aquel mismo día, 6 de enero de 1937, llegó a Espinosa el Batallón de Infantería de Melilla nº 3, a las órdenes del comandante Laureano Tascón, que en lo sucesivo sería el encargado de la defensa de la villa hasta la ofensiva sobre Santander en agosto de 1937, pues las centurias de falangistas Catalana y Montañesa habían quedado deshechas en aquellos combates de finales de 1936 y primeros días de 1937, siendo relevados por soldados hasta la desaparición del frente en agosto de 1937:

“En La Herbosa estuvieron los rojos, los (nacionales) que estaban allí cogieron una borrachera (31 de diciembre de 1936) y se lo cogieron los rojos, hasta Reyes (6 de enero de 1937) eran centurias de voluntarios, estaban la Centuria Catalana, los albiñanistas y los requetés, no sé si había alguna más. Entonces trajeron al Ejército, pero vino la aviación y empezó a tirar bombas, tiraron donde está la residencia ahora, y en la plaza, eso fue el día de Reyes del 37, se dieron cuenta por la veleta de la iglesia, fue cuando cundió aquí el pánico y mucha gente se marchó” .

“Vinieron dos batallones de Infantería de Cazadores de Melilla al mando del comandante Tascón, buena persona, relevaron a las centurias, con ellos se normalizó la vida en Espinosa y de los espinosiegos, se acabaron los fusilamientos y los disparates… Eran andaluces, también vinieron moros, una compañía de moros, esos no estuvieron mucho… El frente estuvo estabilizado, pero tiraban con cañones, que mi casa ardió, tiraban desde El Mirador y desde Noceco, fuego cruzado, en mi casa de la calle El Progreso número 14 estaba la pastelería de mis padres y durante años hubo un obús clavado en la pared”

Efectivamente este frente norteño burgalés permaneció relativamente aniquiló en lo sucesivo, desde aquel recordado 6 de enero de 1937 hasta principios de agosto, como nos confirmaron 70 años más tarde algunos de los milicianos que estuvieron en esas posiciones en 1937: “Nos llevaron en junio (de 1937), unos días antes de San Juan, nos llevaron al (cuartel del) Alta (en Santander), a asearnos allí, de allí a Ontaneda, después no se si fuimos andando hasta Las Bárcenas (de Espinosa), siete íbamos, allí a estaba el frente, en El Mirador arriba, allí sólo estuvimos de posición, sólo cobramos un mes, hasta que rompieron el ente por El Escudo, nuestro Batallón era el 129”

Sea este un homenaje para los ciudadanos que hace 80 años un grupo de ciudadanos en armas para defender las libertades, no descansó la nochevieja y organizó un ataque sorpresa sobre las posiciones rebeldes, aunque como todos sabemos acabo mal (40 años de dictadura), hoy les queremos recordar a aquellos civiles convertidos en milicianos.